El sentido de la vida

"Intento servir a los demás, lo que para mí constituye el único sentido de la vida."- Sándor Márai . 

Durante toda nuestra vida nos mantenemos, sin darnos cuenta, en una búsqueda constante del sentido de nuestra vida, algo a lo que nuestro propio ciclo humano nos lleva. El sentido de nuestra vida no es más que lo que estamos llamados a ser, a lo que vamos a dedicar nuestra vida, nuestro norte, lo que nos llena y nos brinda plenitud. Muchos lo encuentran cuando son niños, otros se pasan la vida buscándolo; esto es algo que puede depender mucho del nivel de determinación que tengas en tu vida y de tu forma de interpretar las cosas ¿Qué te parece si te comparto el mío?

Aunque aún soy muy joven, desde muy pequeña he sentido una gran pasión por el servicio hacia los demás y por establecer el Reino de Dios en cada persona que esté necesitada del mismo.¡Me apasiona ver cómo las almas se pueden transformar y los corazones se pueden encender con la Palabra de Dios! 

Dios pone dones en nosotros y el servicio es un don que Dios me ha regalado y que por tanto, debo cumplir y aprovechar al máximo para Su gloria y la de Su Reino, tal y como nos cuenta la Palabra en el libro de Hebreos capítulo 13, versículo 16: Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios.

He podido tener muchas experiencias de servicio, unas muy placenteras y otras...no tanto. Pero algo tienen en común todas, y es que en cada una Dios me ha permitido darme a los demás con el alma, sin esperar a cambio nada más que Su gracia. Estas experiencias me han hecho crecer como persona, me han enseñado a ser agradecida por lo que tengo y a contar mis bendiciones.

Claro que este sentido en la vida me haría desarrollar ciertas conductas, por ejemplo, muchas veces al momento de realizar servicios o ayudas para los demás invertimos mucho de nuestro tiempo y dinero en proyectos o actividades de las que muchas veces no tenemos certeza de su éxito. Se desarrolla también la fortaleza y la fe, porque incluso cuando estas actividades que preparamos con tanto amor no se dan como planeábamos, nos podemos desmotivar, pero al estar confiados en Dios sabemos que Su propósito es mayor.

Y claro que tiene sus consecuencias. En varias ocasiones nos podemos ver expuestos tanto física como emocionalmente a situaciones que no siempre estamos preparados para manejar y que hasta pueden hacernos daño en casos extremos. Pero al estar sirviendo al Reino, Dios desarrolla en nosotros habilidades para sobrellevar este tipo de situaciones.

Dios utiliza maneras inimaginables para comunicarse con nosotros y el servicio, para mí, ha sido una de ellas. He conocido personas maravillosas que me han permitido apreciar sus realidades y sus diferentes estilos de vida. Es increíble cómo solo hace falta tener en común el amor a Dios con una persona para conectar con ella. Esa es una de las tantas cosas de las que me he podido dar cuenta a través de esto que llamo el sentido de mi vida.

-M.P.